En una librería de la Av. Independencia --cuyo dueño ha sido amigo de la familia por varias generaciones--, descubro un libro que convoca mi atención. ¿El título? "Cómo descubrir la verdad". Es nuevo, único ejemplar envuelto en un plástico sellado. El vendedor se acerca y me susurra al oído: "¿Le interesa, Juan? Es un ejemplar único. Una joya". "Me parece caro", acoto. El responde: "La verdad tiene su precio". Movido por la curiosidad, compro el libro. Salgo a la calle, rompo el envoltorio, abro con avidez el libro. Las páginas están en blanco, todas ellas.
Vuelvo a la librería hecho una fiera. Voy directo al librero y le digo con ira, aferrándolo por el cuello:
--¡Usted es un estafador!
Y el librero acota:
-- Es cierto. Finalmente, amigo, ha descubierto la verdad... |